Entro en la sala, aún un poco conmocionado por la práctica que hemos tenido en DCAO. Pero en esta práctica no tengo miedo, ya que ahora sólo estoy yo y estos autómatas, además de que por fin voy a saber hacer un hechizo elemental.
Me dirijo al centro de la sala, donde se encuentran los autómatas, y me coloco frente a uno de ellos.
-Hola ^^
Saco mi oscura varita y le apunto con seguridad al pecho. Me alegro de que en la práctica no tengamos que lanzar hechizos contra otros alumnos, porque estoy seguro de que, si fuera así, no sería capaz de apuntar con tanta seguridad.
-¡Aguamenti!-exclamo.
Pero, tan solo un instante después de haber pronunciado el hechizo, me doy cuenta de que me ha salido mal. He pronunciado mal la palabra, con un leve temblor en la última sílaba. Bueno, no pasa nada, por lo menos nadie ma ha visto fallar...
-¡Aguamenti!-grito de nuevo.
Esta vez mi hechizo da resultado. El agua sale clara y pura de mi varita, en un chorro de unos dos metros, y se dirige veloz hacia el autómata que hay delante de mí. El autómata tiembla un momento, como si se fuera a caer al suelo, pero se queda como antes de lanzar el hechizo... bueno, ahora está empapado.
Salgo de la sala con un humor excelente y con una sonrisa dibujada en la cara.